-Nada que no hubiese visto antes.
-Bien, creo que sabes perfectamente a que me refiero.
-Si...
-¿Un trago?
-No...
-¿Por qué tan serio?
-No vine de fiesta.
-¿Ah no?, pues deberías complacer mis pequeños caprichos, supongo que sabes lo que has hecho.
-Perfectamente.
-Vamos, has cometido un grave error y has superpuesto la vida de los humanos a la del equilibrio natural del universo.
-No tienes porque repetirlo.
-En un acto caprichoso rompiste las reglas y denigraste mi reino y mi nombre, ¿sabes lo que eso significa?
-Supongo.
- ¿ Debería yo ahora hacer lo mismo que hiciste tu?, ¿ Debería yo desatar mi furia así como tu desataste tu bondad y misericordia?
-Todo depende de ti.
-¿Sabes?, quise advertirte pero no me escuchaste me dejaste solo en el desierto ¿recuerdas?.
-Claramente...
-Y parece que el tiro te salió por la culata sin siquiera yo mover un dedo.
-¿A que te refieres?
-Vamos no me hagas reír, te veías excitante con poca ropa y sangre en tu frente, has muerto por mano de los humanos.
-Sabía a lo que me enfrentaba.
-Oh, ¿que haré ahora que te tengo aquí en mi reino, debería volverte mi esclavo?
-Basta de rodeos, dime de una buena vez que piensas hacer, es momento de que muevas la ficha, dime que castigo me colocarás.
-Nada de castigos mi viejo amigo, afortunadamente soy más paciente que tu y no pienso tomar venganza, se me ha ocurrido algo muy interesante.
-Habla de una buena vez.
-Volvamos al juego...
-¿Qué?, ¿De que estas hablando?
-Así como lo oyes, hagamos una justa milenaria, te marcaré el momento de la batalla en el momento justo.
-Y mientras llega ese momento ¿Que hacemos ?.
-Calma, recuerda que yo soy quién decide las reglas de este juego. Pues bien, durante ese momento agrupa tus tropas y yo agruparé a las mías.
-¿De que estas hablando?, te recuerdo que tus tropas y las mías están muy equilibradas tanto en fuerza como en número, enfrentarlas seria una locura acabaríamos con la existencia.
-Nadie dijo que las tropas son las que tenemos actualmente, recluta a cuantos mas puedas que el vencedor en la batalla final se verá en la grandeza de la Legión.
-¿A quien voy a reclutar?
-A los humanos...
-¡Es una locura!
-Yo decido, no tienes derecho a reclamar, es mi turno de equilibrar la balanza que tu desestabilizaste, no te queda más que aceptar mis condiciones.
-¿Entonces estoy libre para volver mi reino y reunir fuerzas?
-Si, vete ya, escucha como los Ángeles te cantan llamándote, vete ya y nos vemos en la batalla final...amigo...¡ah! se me olvidaba que ahora tienes un nombre mortal...hasta entonces Jesucristo.
FIN
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