8 jun 2012

Juegos De Guerra [2]

Capítulo 2 "Hermanos de Sangre"



Los ojos de Jurgen observaban como era arrastrado hacía su enemigo mientras su cuerpo intentaba en vano liberar su brazo atrapado. Cuando Jurgen estuvo lo suficientemente cerca, el esqueleto abalanzó su gran espada sobre él. El espadachín en un momento de lucidez desenrolló un poco la cadena de su brazo logrando retroceder unos pasos. El golpe metálico rechinó sobre la cadena de cuchillas cortándola en una lluvia de chispas incandescentes.

Jurgen salió disparado hacía atrás y el esqueleto en su furia avanzaba hacía el espadachín herido. Tendido en el suelo,  Jurgen vió como una Mantícora se tropezó unos cuánto metros al lado del esqueleto. La siniestra armadura animada abanicó de nuevo su cadena de cuchillas para asesinarlo pero Jurgen se impulsó a un costado esquivando al esqueleto y clavando su espada en la garganta de la Mantícora. 



El esqueleto perdió de vista a Jurgen que se ocultó detrás del cadáver de la Mantícora. El guerrero esquelético se olvidó de Jurgen y siguió avanzando en su afán malévolo de matanza, después de todo estos esqueletos no fueron creados para pensar mucho, sino para matar a todo lo que estuviese a su alcance.

La legión de los oscuros parecía interminable. Las certeras flechas del Elfo Alfein iban llenas de odio y venganza por la muerte de su gemelo Elsir, aunque Jurgen no lo podía ver por seguir avanzando, el sabía que Alfein lo protegía desde su espalda y uno a uno iba destruyendo cualquier enemigo que se le acercara.

Jurgen estaba aferrado a la fé, sabía que sus reyes dirigían el ataque. Nunca había conocido reyes tan nobles que se arriesgaran en batalla con sus caballeros. La hechicera dorada, Gawen era la más poderosa del reino y El Rey Dalarian concentraba todo su poder en proteger el tesoro que los oscuros querían arrebatar.



El legendario caballero montado Garithos y los dos últimos martilleros erán quienes defendían a la reina y el Rey formando un triángulo a su alrededor que le permitía a la reina atacar desde la distancia sin ser expuesta. Todos los sobrevivientes eran de razas muy diferentes a la suya pero algo los unía y era la batalla, eran hermanos en la guerra donde sus heridas sangraban y esa sangre se combinaba en el campo de batalla, eran hermanos de sangre.

El espadachín vió como su desgastada espada había quedado fisurada después de atravesar los gruesos huesos de la Quimera. Un temblor rápido se sintió, luego otro más fuerte. Los pequeños temblores se intensificaban como si algo se acercará, una sombra empezó a cubrirlo y cuándo levantó la mirada un gigante de hierro embrujado levantaba su hacha sobre la insignificante humanidad del espadachín. 

Continuará...

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