14 jun 2012

Juegos De Guerra [6]

Capitulo 6: "La Dama Dorada"


La reina estaba de espaldas y antes de que girará para mirarlos, Jurgen se arrodilló al lado de Alfein. No era capaz de mirar a semejantes ojos tan penetrantes,  su presencia infundía un aura tan poderosa que lo perturbaba y lo hacía agitarse. Una dulce y celestial voz lo sorprendió mientras agachaba su cabeza.

-"De pie, noble humano" susurró la encantadora y dulce voz.
Jurgen sorprendido, se levantó temblando y sin levantar la cabeza irguió su maltrecho y herido cuerpo.

- "Su reina considera muy descortés que no le mires mientras habla, Jurgen" Continuó diciendo la voz real.
El  insignificante espadachín levantó tembloroso la vista y encontró que la reina ni siquiera lo estaba mirando. Ella miraba con total atención en una ventanilla al lado derecho del trono provisional. La reina emanaba un color dorado frente las luces rojas del recinto donde solo sobresalía el trono tallado en oro.  El campamento de guerra estaba ubicado en un desierto donde las banderas caermesí eran rasgadas constantemente por las tormentas de arena.

En ese lugar estaban alejados de forma estratégica del valle donde las tropas se enfrentaban contra los oscuros. La reina con sus cabellos dorados y su piel que parecía pulida en bronce la hacían ver como la estatua de una Diosa, si apenas se movían sus labios cuando hablaba y por eso daba la sensación de hablar con la mente.



-"Esta sangrienta batalla debe terminar y solo mi querido espadachín puede lograrlo, imagino que Alfein le ha puesto al tanto de lo que debe hacer"
-"Si mi reina, haré lo que usted mi ordené y más, si debo entregarle mi vida, así lo haré" respondió Jurgen ansioso de agradar a su reina.
-"No Jurgen, El Espadachín, no has entendido. No puede morir bajo ninguna circunstancia. Si muere los sacrificios de sus hermanos en batalla habrán sido en vano" Replicó la reina.
-"Lo siento su alteza, he sido muy torpe, ahora mismo iré a cumplir esta importante misión" se afanó el Espadachín.
-"Un momento Jurgen, usted noble caballero debe descansar. He ordenado a mis mejores sirvientes que le atiendan y curen sus heridas para luego dotarle con nueva armadura y armas de guerra. No podemos darnos el lujo de perderle. Estará aquí por dos días y cuando esté listo cumplirá tu misión con energías renovadas." ordenó la reina mientras seguía con su mirada fija por la ventanilla."
-"Su majestad estoy en perfectas condiciones, puedo hacerlo en este momento" Solicitó Jurgen.
-"¿Osa cuestionar una orden directa de su reina?" Preguntó sarcásticamente la dama dorada.
-"Claro que no su majestad" Respondió nerviosamente Jurgen.
Mientras los sirvientes lo guiaban hacía una de las puertas del recinto real. Jurgen avanzó al costado de Alfein que había estado de rodillas todo el tiempo y antes de salir la reina dijo unas ultimas palabras:

-"Por cierto, no se olviden de quitarle esa barba y cortarle un poco el cabello." Finalizó la reina.
Jurgen había olvidado la famosa vanidad de la dama dorada. Los soldados debían pasar por un proceso estético antes y después de entrar en la guerra...¿La Razón? un guerrero impone por su presencia, por ello el aspecto infunde respeto y poder, según la lógica de la Dama de Oro.

Mientras se bañaba con sales y aceites olorosos dentro de una tienda privada...se preguntaba ¿Habrá tiempo en esta guerra tan difícil para descansar? Le parecía una perdida de tiempo estar tan tranquilo en ese lugar mientras afuera se libraba una feroz y sangrienta batalla. En ese momento Jurgen recordó su quemadura y la sorpresa que se llevó cuando vió su brazo casi lo hace saltar de la tina. Su brazo estaba intacto ni siquiera una cicatriz y algo raro sucedía con el agua que lo mojaba... se estaba evaporando.



Continuará...

0 Posdatas:

Publicar un comentario

Escribe tu posdata....